La única diferencia entre el fanatismo cristiano católico y el islámico es que el primero no esta tan concienciado como el segundo (por suerte). Esto nos deja algunas practicas de graciosa hipocresía, como lo son los dos domingos de la semana santa: Una fiesta donde se recuerda el sufrimiento de su dios, líder... o lo que sea, se convierte en la pasarela de los emperifollados donde gana el que estrene la ropa más fea y/o halla estornudado más al maquillarse. (en mi pueblo salen a ver a los santicos, y yo salgo a ver a los q van a ver a los santicos)
Esta semana santa, a nivel personal, no ha sido tan buena como lo ha sido otros años. No e podido disfrutar, y mira que todo apuntaba a que sí!, de lo que más me gusta, salvo en una pequeña ocasión: Ver a los ''crofades'' llorando porque no han podido salir a pasear a su virgen de la tía Pascuala. Esperemos que el año que viene podamos seguir manteniendo estas tradiciones

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