Bajo el bello manto de la convivencia, la defensa de las libertades y demás bellas sandeces nos llega a los residentes en Granada un sable por debajo de las costillas en forma de ordenanza municipal. -¿Y eso? ¿de que va la ordenanza esta? Cuéntanos, cuéntanos –Por supuesto, me dispongo a ello:
Como ya se ha comentado en diversos sitios, esta ordenanza, bajo el pretexto de la convivencia, pretende legislar sobre las actividades cotidianas apartándolas de la calle para hacer de Granada una ciudad cada vez más enfocada al turismo. El intento de sacar las cosas de la calle de la misma calle no puede tener otro resultado que no sea rotundamente ridículo (tender la ropa en el balcón es contaminación visual, jugar en la calle al fútbol puede ser multado…). La ordenanza pretende fiscalizar cualquier actividad que se realice en la calle (ya tenían que pedir permiso los músicos urbanos, ahora será curioso ver como un mendigo saca el 16% de I.V.A. (o donde lo dejen) de los 20 céntimos que le eches al volver de la compra). Y otras tantas cosas, que ahora no recuerdo, que van a limpiar las calles para que se pueda ir tranquilamente de tu casa al centro comercial sin ningún vendedor de castañas, sin ningunas bragas tendías, etc. etc. que le dañe la vista para que usted vea claramente las lucecitas de los productos que le intentaran vender. ESTAMOS HABLANDO DEL PRINCIPIO DE PRIVATIZACIÓN DE LA CALLE.
Pero ahora, vayamos a la que, probablemente, sea la principal intención de esta Nuestra Querida Ordenanza: La destrucción de los movimientos de base que verdaderamente sean una oposición a todo este tinglado. La ordenanza centra gran parte de su contenido a la prohibición del reparto de octavillas, el encarecimiento de las sanciones, a la libertad de la policía para interpretar la propia ordenanza, a pedir la colaboración de la ciudadanía para detectar a los infractores (es decir, chivatos de la policía) y pequeñas cosillas del estilo ‘’sin importancia’’. La multa por pegar un cartel ronda, con la nueva ordenanza, los 1000 euros (sí amigo, sí); las organizaciones de base de las que hablábamos no se nutren de subvenciones ni nada por el estilo, solo de las aportaciones de sus miembros, por lo cual, una organización como los Solidarios con La Casa del Aire, que salgan a pegar carteles denunciando el atropello que han sufrido y sean multados, difícilmente pueda afrontar dicha sanción. Estas organizaciones están caracterizadas por el uso de la Acción Directa como vía y la calle es su principal campo de expresión y su lugar de trabajo; entonces, si repartir octavillas puede ser objeto de sanción y pegar carteles puede suponer un jaque mate a tu organización, este sistema tan bien entramado cierra la única vía alternativa y eficaz en la denuncia de sus atrocidades: LA ACCIÓN DIRECTA y obliga, o por lo menos allana, al camino del electoralismo y el delegacionismo, es decir, integra a los pocos movimientos críticos de verdad a fundirse con el propio sistema que denuncian, haciéndoles así carecer de efectividad (no hay más que ver a cualquier partido de izquierdas).
Con la excusa de defender las libertades, pisotean sin piedad la libertad. ¿Qué coño es eso de las libertades? No existe otra cosa que no sea la Libertad, cualquier otra cosa es un invento liberal para garantizar los intereses de unos a costa de la Libertad de otros. Maquillaje barato para esa zorra llamada fascismo democrático que tiene tierra y sangre en las manos de matar a la libertad de expresión y enterrarla en el ayuntamiento. Nos han comido la última torre, ellos tienen todavía alfiles, torres y caballos, nosotros solo peones, más nos vale llegar hasta el final y convertirnos todos en reinas.
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Hace 9 años
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